La pregunta más frecuente que me hacen es la siguiente: ¿De dónde salió la idea loca de empezar a escribir una novela de fantasía?

No los puedo culpar por sentir curiosidad. Yo aún sigo asombrada de que cerca de mis cuarenta haya surgido el sueño de escribir.

Pues de algo tan sencillo como un comentario de mi hija de once años: ¡Ya no tengo nada que leer!

Aunque mi casa está llena de libros ella era muy pequeña para leer la mayoría así que pensé que sería maravilloso tener el talento y la constancia de escribirle yo una historia. Después de todo ella es mi más grande inspiración.

Un par de semanas después tuve un sueño. Normalmente uno olvida lo que estaba soñando al momento de despertar, pero ese había sido tan vívido que me levanté en medio de la noche y sentándome frente al computador escribí todo lo que recordaba. Era una conversación entre dos personas y así como pasa en los sueños primero estaban en un lugar hablando de algo y luego se encontraban en una situación completamente diferente. Esas dos escenas se encuentran una en el capítulo 5 y la otra en el capítulo 18 de Descubriendo Aldara.

No lograba sacarme a esos personajes de mi cabeza y poco a poco  fue tomando sentido todo lo que los rodeaba, sus familias, sus sentimientos y el mundo fantástico donde se encontraban. El sueño de escribir se convirtió en una necesidad y al cabo de unos años la serie de crónicas de Aldara es una realidad.